lunes, 17 de noviembre de 2014

DÍA 15 “Manos frías, corazón más frío”

Dicen que manos frías, corazón más frío.
Estoy empezando a creer que es verdad, el año pasado solía tener las manos heladas y Damián se preocupaba, solía decir que me hacían falta “calorías” (ya sé ¿acaso no veía el cerdo que tenía por novia?) y me daba un chocolate… Pero paso el invierno y mis manos continuaban frías, él me había roto el corazón y nada me importaba.
Actualmente mis manos son heladas casi todo el tiempo, y suelo decirle a las personas cuando se quejan que “estoy muerta” y no les miento, sinceramente, estoy muerta por dentro. Tal vez por eso tengo las manos tan heladas, que ni con guantes se me quita.
Peor aún, cada día me vuelvo más insensible y egoísta. Si no me afecta no me importa, parece que no tengo corazón y la mayoría piensan que no lo tengo, pero sí, sólo qué este es de hielo. Las circunstancias lo volvieron así.
Así qué sí, manos frías, corazón más frío.
- Bella

domingo, 16 de noviembre de 2014

DÍA 14 “Aimeé”

Aimeé es mi mejor amiga.
La conozco desde que tenía 12 años. Incluso antes. En la primaría éramos rivales, pero en secundaría nos volvimos las mejores amigas del mundo. Ella siempre fue gordita, igual que yo. Y muy descuidada en su aspecto físico, luego deje de verla durante todo mi bachillerato.
Hace unos meses volví a saber de ella, supe que tenía problemas alimenticios y sólo la veía como que quería llamar la atención, apenas si toleraba cruzar palabras con ella, se me hacía la más superficial del mundo. Y entonces todo cambio cuando me invito a una fiesta, hablamos por horas y nos dimos cuenta que en todo el tiempo que estuvimos alejadas, nos pasaron cosas bastante similares.

Aimeé estaba bastante cambiada, ahora era súper delgada. Y poco a poco nuestra amistad se fue reforzando cada vez más, ahora somos inseparables.
Estamos perdidas, lo sabemos.
Nos aferramos a amores que sabemos ya no tiene solución, pero seguimos pensando que sí, nos drogamos juntas, y hacemos ejercicio juntas, nos embriagamos y criticamos a las demás. Nos contamos nuestros problemas y escuchamos y a veces nos damos consejos, somos inseparables. Como hermanas. Y está bien, me gusta.
Esta bien tener a alguien que no critique todo lo que haces, alguien a quien no tengas que inducir, que te siga en tus maldades y te aconseje, alguien similar a ti.
- Bella

sábado, 15 de noviembre de 2014

DÍA 13 “Dormir”

Amo dormir.
Todos amamos hacerlo ¿no? Al final del día descansas y se podría decir que mueres por ocho horas, más o menos. Y puedes soñar lo que quieras, ser lo qué quieras.
A mi me gusta dormir porque el hambre se va, el dolor desaparece y sólo estoy yo, en mi mundo, siendo lo qué quiero y disfrutándolo.
Dormir es genial, es como tomar un respiro de todo y de todos y reponerte de lo que la vida te pone. No hay nada mejor que dormir…
- Bella

viernes, 14 de noviembre de 2014

DÍA 12 “Terapia”

Hay algo nuevo que he estado tratando y me va de las mil maravillas. Se llama “sustitución de recuerdos”. Lo vi en dos TV Shows, y en ambos a la chica le hacían olvidar a su ex novio. El novio de una había muerto y ella se volvía peligrosa, entonces mediante hipnosis le hicieron olvidar que había amado a su novio. La segunda termino en un manicomio y su psiquiatra le daba terapias para que olvidara todo lo malo que había pasado con su novio y que la habían llevado a la locura.
Entonces busque en Google y existe.
Es posible.

Pero no tengo el valor para ir a un psiquiatra y contarle todo acerca de Damián, el hecho de quererle olvidar. Así que lo he intentado yo misma. La mente es muy poderosa y sólo se requiere de fuerza de voluntad.
Así que tomé una caja de zapatos y puse TODAS las cosas que estaban ligadas a Damián, sellé la caja y la guarde lejos de mi vista, donde incluso se me puede olvidar su existencia. Tome mis audífonos y puse música instrumental, comencé a concentrarme y a sustituir los recuerdos que tenía con él.
No va a ser fácil, pero voy mejor, cada día me convenzo a mi misma de que las cosas son muy diferentes y mi estado de ánimo va mejorando. Ya casi no tengo esa terrible adicción de hablar con él. Ahora casi no lo recuerdo en el día.
Creo que esta funcionando.
– Bella

jueves, 13 de noviembre de 2014

DÍA 11 “Damián”

Damián.
Damián es… es difícil describirlo. Tiene, cómo todo, sus cosas buenas y sus cosas malas.
Empecemos por el físico.
Tiene una suave y firme piel clara, tostada por el sol. Me encantaba la sensación de mis dedos rozando su tersa piel, era como la seda.
También tiene músculos, unos fuertes brazos que me salvaron una vez hace veinte meses. Mi actividad favorita era poner mi mano en su fuerte pecho. Sentir sus latidos.
Su cabello es lacio y oscuro, es simple, pero amaba el olor de éste, hundir mis dedos en su cabello mientras hacíamos el amor o mientras nos dábamos un simple beso.
Sus ojos… él no tenía unos ojos impresionantes, más bien eran simples y sus pestañas eran lacias y caídas. Pero un día él permitió que las enchinara y jugara con él. Sólo por complacerme. Y mi café favorito era el del iris de sus ojos…
No es muy alto, apenas unos cuantos centímetros más que yo, pero para mí es perfecto.
Su temperatura siempre era cálida, salvo algunos días de invierno que tenía las manos heladas, pero conmigo siempre era cálido. Adoraba quedarme dormida en su pecho, mientras sus fuertes brazos me rodeaban. Para mi era el paraíso.
Y su humor… tenía un excelente humor cuando solía quererme. Solía hacerme chistes o imitábamos películas infantiles.
Y el romanticismo… era mi hombre perfecto, todo lo que pude haber pedido jamás. Cuando nos besábamos desprendíamos algo que hacía que el resto de las personas a nuestro alrededor nos dijera que nos envidiaban, era algo puro. Y no sé que pasó.
Un día él cambio, se volvió apático, serio conmigo. Dejo de ser atento y comenzaba a ignorarme, hasta que todo termino y no temió romperme el corazón. Comenzó a tratarme con la punta del pie, cómo si fuera su peor enemiga. Un estorbo en su vida.
Ahora parece que le molesta cada que le hablo, siempre termina ignorándome o contestándome muy frío. Pero hay una palabra mágica para que tome interés en mí. Sexo. Sólo así podemos tener conversaciones de más de diez minutos. Pero siempre volvemos a lo mismo.
¿Cómo puede cambiar alguien así? Parece ser otra persona completamente diferente a la que conocí, del que me enamoré.
Pero poco a poco lo voy entendiendo. Las personas cambian, el mundo sigue girando y nada se detiene a esperar para que asimilemos el cambio. Y tenemos que continuar, aunque estemos muy destruidos por dentro.
- Bella

miércoles, 12 de noviembre de 2014

DÍA 10 “A Damián: Patán”

No sé cómo sentirme al respecto.
Tienes una nueva amiga en Facebook desde hace un par de semanas, se llama Dulce y es de lo más bajo que pudiste haber caído. Perdón, pero tu amiga sinceramente tiene cara de zorra. ¿Acaso te quieres acostar con ella, verdad? Sí, debe de ser eso.
Lo que me sorprendió bastante fue abrir mi Facebook y ver en tu actividad que habías comentado un estado de esa.
Ella ponía algo como “No soy mamona, sólo no le hablo a cualquiera” ¿Acaso es el nuevo “Tu envidia alimenta mi ego” de las nacas? Y un tipo le comentó una de esas insinuaciones sexuales bastante explicitas y detalladas. Y ¿qué hiciste tú, eh? ¡La defendiste! Defendiste a la zorra esa, le dijiste al tipo ese que la zorra… perdón, Dulce, era una “señorita” y que ella no se metía con cualquier patán como él. A lo que él tipo te respondió que Dulce tenía cara de zorra, qué era igual que todas las de su clase, una “Chaca” que se acostaba con cualquier tipo. Y que una mujer de verdad se daba a respetar, cosa que ella no hacía. Entonces tú Damián, le pediste de favor que no pusiera comentarios como esos, que la respetara y que no hablara así de las mujeres.

¡WOW! Estoy realmente sorprendida, mira, incluso estoy aplaudiendo. Que gran actuación. No eh, de verdad, me impresionas. ¿Tanto la quieres impresionar? Y ¿la vas a seguir defendiendo después de que hayas logrado acostarte con ella? No lo creo.
¡Eres un maldito doble moral! ¿No te mordiste la lengua acaso al llamar al idiota ese “patán”? Es que cariño, tú eres incluso más patán que él. Él, sólo es un farol que habla de insinuaciones sexuales cuando muy probablemente sea virgen, o un caliente. Pero tú eres peor. Tu eres capaz de enamorar a una mujer, hacerle creer que es lo mejor que te ha pasado, hasta que claro, consigues sexo y después simplemente las deshechas como tu basura. Así que cariño, tú eres peor que ese farol con el que discutías. Tú si eres un patán de marca.
Deberías de dejar de hacerte el héroe súper caballero, porque no lo eres.
Y respecto a tu amiga, respondió con un “Pobre no a cogido el wey”… Y tú la llamas “señorita”, esta claro que una señorita no hubiera respondido así… Ella tenía el poder de eliminar el comentario e ignorarlo, pero no, prefirió sentarse a ver como la impresionabas para ella rematar con una vulgar respuesta, justo como ella.
Y sí, el idiota farol, tiene razón, incluso en la cara y el la forma de expresarse se le nota lo pronta a Dulce. No deberías de defender a las que no se dan a respetar subiendo fotos en poses bastante sexuales, es ilógico pedir respeto para ellas…
- Bella

martes, 11 de noviembre de 2014

DÍA 9 “Ya sé que soy un cliché de persona”

Ya sé que soy un cliché de persona, no hace falta que me lo digan.
No como porque quiero verme más bonita, y cuando lo hago vomito.
Corto mis brazos y piernas cuando algo me frustra.
Soy adicta al internet y a leer.
Soy adicta a las drogas.
Y claro, soy una suicida frustrada.
¿Pero saben? No lo haría si no hubiera una sociedad cliché que tiene un estereotipo de persona perfecta, una imagen irreal que muy pocas personas son, sociedad que te presiona hasta hacer cosas que no harías.
Así qué Oh, perdón sociedad, perdón por ser un cliché. ¡Tú también lo eres, TODOS lo somos!
- Bella

lunes, 10 de noviembre de 2014

DÍA 8 “Maldita sociedad”

La sociedad es una mierda.
¿Hace falta acaso que lo mencione? Todos lo sabemos y no hacemos absolutamente nada por cambiar nuestra sociedad. Somos una mierda de personas.
Detesto a las personas. Y sí, ya sé que yo también soy una, igual me odio.
Las personas no saben el daño que pueden ocasionar con un simple comentario. Con una critica. Incluso tu propia familia, aquellas personas a quienes amas y quienes se supone deben amarte incondicionalmente, te hieren. TODOS te hacen daño, y detesto cuando el remordimiento los abruma y vienen arrepentidos, cuando se preocupan por ti. ¿Por qué lo hacen? ¡Ya no tiene caso, el daño esta hecho!

Es como si el tipo que te humillo fuera a tu hospital a disculparse porque “siente que hayas tratado de suicidarte por su culpa” ¿Enserio? Porque, ¿de que sirve, eh? ¡DE NADA! Es hipocresía pura, si te hizo sentir de la mierda fue por algo, ¿para que disculparse? Ya ocasionó el daño.
Una disculpa de mierda no va a solucionar nada. No por decir “Perdón” mis putas heridas en las muñecas van a sanar mágicamente o mi daño psicológico va a desaparecer. ¡No sirven de nada sus putas disculpas!
O como cuando una chica esta obesa, y no falta el idiota que se lo hace saber. O incluso tu propia familia al ponerte apodos como “gordita” ¿saben acaso el daño psicológico que le están dañando a esa persona? Y después ¿qué? Cuando la chica cae en trastornos alimenticios, entonces si se preocupan por ella o le echan la culpa. ¡Ustedes son los culpables! ¡Nosotros malditos miserables somos los culpables de que la sociedad este hecha tan mierda! No estamos conformes con nada y nos la pasamos criticando las imperfecciones de los demás o haciéndolos sentir mal.
Pero claro, cuando aquella persona a la que atacábamos se suicida entonces sí, “¡Oh, que buena persona era!” y vienen sus cuadros hipócritas de remordimiento y culpabilidad.
¡Todos somos unos monstruos! Nos destruimos entre nosotros. Y lo peor es que somos unos malditos doble moral…
- Bella

domingo, 9 de noviembre de 2014

DÍA 7 “Benditas drogas”

Me gustan las drogas.
Son lo mejor que puede existir.
Te sacan de la miseria en la que te encuentras, te hacen sentir feliz. ¿No son increíbles?
Estoy muy triste y no le encuentro el más mínimo sentido a la vida, pero llega mi dealer favorita, Aimeé y me da lo mejor que puede darme: drogas. Las dos nos drogamos juntas en un parque cercano a nuestras casas y disfrutamos de la experiencia.
Eso nos hace relajarnos y olvidarnos de todos nuestros problemas.
El otro día estábamos muy drogadas y comenzamos a correr de lado, ¡me sentí como niña! Y ella igual, nos divertimos como nunca. Incluso pensé que no me iba a poder divertir tanto como ese día. Fue genial.
Me gusta la sensación. Y odio volver a mi miserable vida, cuando todo vuelve a la realidad.
-Bella

sábado, 8 de noviembre de 2014

DÍA 6 “A Damián: Detesto tus disculpas”

¡Detesto todas las veces que me pides perdón! ¿Por qué lo haces? Siempre me lo pregunto, ¿cuál es el propósito de que lo hagas si siempre la vas a volver a cagar? ¡Siempre lo haces!
Siempre me ignoras, haces cualquier cosa para hacerme sentir como la mierda, como un estorbo en tu vida, y siempre tratas de arreglarlo todo con un “Perdón”, siempre es la misma palabra “perdón, perdón, perdón, perdón” Creo que tendrían más valor si lo dijeras de verdad. Pero son igual de falsos que tus “¿Qué haces?” Creo que preferiría mil veces que me dijeras que odias hablar conmigo, que te fastidio, a que me dieras uno más de esos “Perdón, ¿qué haces?” ¡Los odio!
¿Pero sabes que es lo que más odio? Perdonarte.
 No importa lo que digas o lo que me hagas, no importa el daño que me provoquen tus acciones, siempre voy a ser esa idiota que te va a perdonar todas tus estupideces.
¿Cómo puedo dejar de hacerlo? ¡Quiero dejar de hacerlo!
Quiero que un día simplemente no pueda perdonarte, quiero que llegue ese día en el que no me importe más tu miserable existencia. ¡Quiero que dejes de importarme! Pero sobre todo ¡Quiero dejar de amarte como lo hago! ¡ESTA MATÁNDOME!
-Bella

viernes, 7 de noviembre de 2014

DÍA 5 “Un mal día en el infierno”

Hoy fue un mal día aquí en el infierno. En el infierno constante que es mi maldita vida.
Desperté y me dolía la muñeca izquierda, ¡pues claro! Anoche me había cortado y sangrado. Tomé mi celular y me conecte a internet. Me llegó un mensaje de Damián… Anoche le había mandado un mensaje diciéndole que debería de venir a donde vivo. Y me respondió horas después con un “Descansa linda”. Horas después le respondí “Pero en paz, por favor”, le pregunté cuando iría y me respondió más tarde “Para mayo” luego le dije que a ver si no me moría antes de una sobredosis. Y me dejo en visto. Después le dije que estaba triste y él me había ignorado. Entonces se disculpo. Odio tanto que se disculpe. Y me ha vuelto a ignorar.
Pero mi día fue peor que los mensajes ignorados y tan carentes de interés entre Damián y yo.
Desperté demasiado triste y lo peor es que no sé ni porque. Simplemente me desperté y sentí la persona más miserable del planeta tierra y comencé a llorar. Ni siquiera tuve ganas de ir a la pista. Y agradecí cuando mi mejor amiga, Aimeé, me aviso que no podría ir. Entonces mi hermano pasó a decirme que mi madre me había dejado tareas y se despidió. Me quedé sola en casa.

Y ahí comenzó mi mal día.
Comencé a llorar como si no hubiera un mañana, tuve una de esas crisis que no tenía desde finales de mayo, estaba tirada en el suelo, sin poder calmarme y cuando lo lograba volvía a llorar. Y así estuve por más de una hora, luego fui a por la navaja y como ya no me quedaba espacio en las muñecas para cubrir, me corté varias veces las piernas, hasta que estas estuvieron completamente cubiertas de sangre.
Estuve todo el día sin probar alimento alguno, y callada, sin decir ni dirigir palabra alguna a mi familia, aislada en mi misma, fingiendo que todo estaba bien. Mientras mi familia salió, tomé mi última capsula de marihuana y la ingerí, junto con un enorme vaso de agua caliente, tenía hambre y estaba destrozada. El hambre se fue por suerte y a los minutos comencé a sentir los efectos de la marihuana, aún los siento… Todos mis problemas siguen aquí pero estoy más relajada, como si no me importaran. Bendita marihuana.
Y sí, por mala suerte mi madre me obligo a comer. Odio la comida.
Y así va a terminar otro día en esta mi terrible vida, sintiendo mi dolor físico provocado por las heridas que yo misma me provoco, el dolor que me distrae del martirio mental que me atormenta día con día… Ya casi finaliza otro día aquí, en mi infierno.
- Bella

martes, 4 de noviembre de 2014

DÍA 4 “Herida”

Lo he vuelto a hacer.
Tenía tiempo que no lo hacía.
Aún recuerdo la primera vez que lo hice, tenía doce años y apenas era una mocosa que no sabia absolutamente nada sobre la vida. Simplemente sucedió qué me moleste con mi madre y tome un clip… ¡un clip! Y con la punta de este rasgue mi pierna izquierda, era una gran herida. Quería que todos la vieran, tal vez sólo llamaba la atención. Aún recuerdo cuando mi madre me pregunto sobre esa herida, simplemente respondí qué me la había hecho. Ella pensó que la había pintado y me tiro por loca. Tiempo después mi prima la vio.
Ese día fue muy dramático.

Llore por minutos y el esposo de mi prima quiso saber que pasaba (es un curioso de lo peor), entonces cuando ella me pregunto porque lo hacía, realmente no supe porque. Me dijo que no tenía porque lastimarme, que si algo me molestaba tenía que decirlo. En resumen: me dio una súper terapia de porque era malo auto lesionarse.
No lo volví a hacer por años.
Hasta hace unos meses, cuando me enteré qué él, Damián tenía una nueva novia, a la que aceptaba y que presumía con todo mundo, esa de la que se enamoro, no pude más. Tenía años que no lo había hecho, así qué tomé unas tijeras y corte debajo de mi dedo pulgar izquierdo. Fue tan rápido que no lo sentí. Apenas parecía un rasguño.
Días después volví a hacerlo, repetidas veces, pero esta vez con una navaja. Coincidía con un trabajo manual para la preparatoria, por lo que pude disimularlo con “me corté por accidente”. Después deje de hacerlo.
Hasta ahora.
Fue hace unas semanas que discutí con mi madre, y ella y mi hermano salieron al instante de casa, yo acababa de comer. Y no pude evitar sentirme frustrada, furiosa conmigo misma. Y vomite. Después de eso tome las tijeras y me corte varias veces los brazos.
Y fue entonces que los siguientes días agradecí que hubiera un terrible frío, sólo así podía cubrir mis heridas, hasta que estas cicatrizaron y desaparecieron, convirtiéndose en una mancha casi traslúcida de lo que ese momento significo.
Hace dos días lo volví a hacer.
Pero esta vez fue sencillo, me enoje con mi madre y me levante de la silla y camine hasta donde se encontraba la navaja, la tome y corte mi brazo. Fue un largo corte, podía simular que había sido un accidente en la pista, como cuando una vez me sucedió, total nadie preguntaría.
Lo peor vino ayer. Fui a casa de mi mejor amiga, y llego otra “amiga” si es que se le puede llamar así, estuvo atacándome toda la tarde y el punto culminante llego cuando la cucaracha esta dijo “¿Qué te ha pasado en el brazo? ¿Acaso ya eres emo y te cortas?” La fulmine con la mirada y le dije que me había cortado en la pista, por accidente. Mi mejor amiga simplemente permaneció callada, mientras la otra idiota me ignoraba. ¡¿Y qué?! ¿Qué mierda le importa si me corto o no? ¡Es mi cuerpo y puedo hacer lo que yo quiera con él!
Pero entonces llegue a mi casa y los problemas no cesaron, mi madre comenzó a regañarme por haber llegado tan tarde a casa, me limite a ignorarla e irme a la sala. Cuando todos se durmieron me levante y volví a tomar la navaja. Esta vez fueron dos cortes profundos en las venas de la muñeca izquierda.
Comencé a sangrar como si no hubiera un mañana, entonces me detuve a contemplar mi sangre brotar de mis venas, hasta que comencé a alarmarme porque la sangre no paraba. Fue entonces que decidí terminar el espectáculo, tome alcohol y envolví mi muñeca con una venda. Me fui a dormir.
Desperté con un terrible dolor en la muñeca, no podía moverla sin que me doliera…
-Bella

miércoles, 29 de octubre de 2014

DÍA 3 “Yo creía en el amor”

Yo creía en el amor ¿sabes?
Solía amar esas historias en las que la chica desafortunada encuentra al amor de su vida y él se da cuenta que la ama, luchan contra todos los obstáculos logrando vencer gracias a su amor y entonces viven felices para siempre. Ya sabes, esas historias cómo TODAS las que Disney nos ha vendido, Crepúsculo, El Diario de Noah, etc…
Ya saben, estaba enamorada de la idea del amor.
Pero ¡todo es una mentira! YA NO CREO EN EL AMOR ¿Por qué creer en él? ¿Acaso lo podemos ver o siquiera tocar? ¡Pero ah como nos hace sufrir!

martes, 28 de octubre de 2014

Día 2 “El fondo del abismo”

¿Qué pasa cuando caes al abismo?
Tiene que haber un detonante que te haya mandado al abismo, ¿no? Una razón lo suficientemente fuerte que haya causado que una persona como tú, fuerte cayera…
Y cuando ya te encuentras cayendo no puedes evitarlo, y si puedes no quieres, simplemente te dejas caer, algunas veces llevándote algo a tu paso.
¿Eras feliz, no? ¿Qué pasó? ¿Por qué caíste? ¿Acaso fuiste lo suficientemente fuerte para mantenerte? Ojala tuviera las respuestas para esas preguntas.
Pero ahora estas ahí, en el abismo. En el fondo del abismo. Donde todo es oscuridad y soledad, estás asustada, no sabes que sucede, ni cómo es que has llegado a ese terrible lugar. Pero somos humanos, nos adaptamos rápido, todo con tal de sobrevivir. Y entonces, te adaptas a esa oscuridad, a esa soledad.
Pero no puedes evitar sentirlo, sentir ese terrible dolor en el pecho, ahí donde se supone esta tu corazón. Se supone porque muy posiblemente ha quedado hecho trizas. Destruido. No puedes evitar llorar por cualquier cosa, y ese agujero en el pecho duele, duele terriblemente y sientes que nunca vas a mejorar, sientes que siempre vas a estar así.
¿Y luego?
Creo que te acostumbras al dolor, a la soledad, a la oscuridad, y crees que eres fuerte, pero no es así, estas en el fondo ¿recuerdas? Sigues ahí y ahí seguirás hasta que no decidas salir de ahí. Mientras sólo buscas algo que te distraiga, algo que te haga sentir bien aunque sea por un momento.
Pero sólo te engañas, no estas mejorando. Sólo estas alargando tu suplicio…
¡Cómo si fuera tan fácil salir del fondo del abismo!
-BELLA.

lunes, 27 de octubre de 2014

Día 1 “Extrañando el pasado”

Mi vida es un completo caos y nadie lo sospecha… ¿acaso no lo ven? Estoy destruida, y cada día me destruyo un poco más. Lo peor es que no siempre fue así y tampoco fue hace mucho, pero lo aún peor es que me estoy acostumbrando a vivir en la oscuridad, en soledad…
¿No te gustaría volver al tiempo en que lo tenías todo? En el que por lo que más sufrías era porque tus padres no querían comprarte aquello que tanto anheladas. ¡Todo era tan fácil!
Hace un año, por ejemplo no tenía ni la más mínima idea de lo qué la vida tenía preparado para mí… Todo estaba  “bien” conmigo. Tenía amigos y era bastante popular en el instituto; cumplía con mis trabajos escolares a tiempo,  había terminado con una relación amorosa que no salió bien, pero todo marchaba en orden, ya sabes “terminas una relación, superas, sigues adelante y comienzas con alguien más” así es cómo se supone que debe de ser, así es como debería de ser. Y estaba con alguien más, había pasado página y disfrutaba mi futuro. Luego ese alguien más también se fue y lo supe asimilar, “dejarlo ir”. Entonces llegó él.
¿Quién podría imaginarlo? No buscaba nada en lo absoluto con nadie, estaba bien conmigo misma, ni muy feliz ni muy triste, simplemente “normal”. Y llego él. Damián. ¿Cómo es posible que una persona pueda provocar tanto desastre en tu vida?
Y así cómo llegó, así se fue. Dejándome un gran vacío en el corazón donde se suponía el iba a estar. Y luego, poco a poco todo se vino abajo. Y así es cómo llegas al fondo del abismo.
El pasado nunca va a volver y lo sabemos, pero de una u otra forma siempre nos aferramos a él, a los recuerdos qué tenemos. ¿Por qué somos tan necios? ¿Por qué nos aferramos a algo que bien sabemos no va a volver a ser igual? Tengo la teoría de qué tal vez pensemos qué si nos aferramos lo suficiente y luchamos por ello, pronto las cosas van a volver a ser cómo eran antes, cómo cuando éramos felices y vamos a lograr salir de ese abismo emocional en el que nos encontramos. Esperanza, le dicen.
¿Pero cómo saber cuando dejar de intentarlo? ¡Creo qué nunca lo sabremos! Porque si quieres algo, luchas por eso ¿no? Pero… ¿y si ya no tiene caso seguir luchando? ¿Cómo saberlo? ¿Cómo saber cuando es el momento indicado para retirarte? Porque si te rindes demasiado pronto te vas a quedar con la eterna duda del “¿Qué hubiera pasado si hubiera luchado un poco más?” Pero… ¿y si estamos luchando por algo que ya no tiene esperanza? Sólo estamos perdiendo nuestro tiempo. Sólo nos desgastamos más y más…
Damián solía decir que sólo se fracasa cuando se deja de intentar, pero aceptémoslo, has intentado TANTAS y tantas veces  que al no ver resultado alguno, simplemente te cansas y te vas. Fracasas, le dicen.
Cómo sea, los recuerdos sólo son eso, RECUERDOS. Momentos que no van a volver a repetirse, porque cada momento es único, y sólo nos queda extrañar el pasado. Ese pasado en el que éramos felices, esperando a que las cosas vuelvan a ser iguales, mientras nuestra mente nos dice “acéptalo y sigue adelante” pero nuestro corazón nos susurra “aguanta un poco más”…
Bella.

domingo, 20 de abril de 2014

Miedo...


No puedo dormir… y mientras intento hacerlo, las lágrimas salen inexplicablemente de mis ojos… Y también experimento un terrible miedo que me invade cada noche que me detengo a pensar, y recuerdo…
Miedo a que te enamores profundamente de alguien (y creo que ya lo estas), miedo a que las beses con la misma pasión con la que me besabas a mí y les hagas sentir lo mismo qué me hacías sentir con cada beso tuyo, qué me elevaba al cielo y me hacía sentir eterna aunque fuera por un segundo. Miedo a que les hagas el amor como solías hacérmelo a mí, y en esa práctica tan íntima, ellas descubran qué eres el mejor amante qué pueda existir jamás—o por lo menos así lo eras para mí…—Miedo a qué les hables de forma tan hermosa como solías hablarme a mí… Miedo a que las toques como lo hacías conmigo y ellas sientan esa hermosa sensación recorrer su cuerpo con cada toque tuyo, como solía sentirlo yo. Miedo a que las lleves a tu casa, conozcan a tu familia, se acuesten en tu cama a mirar una película con un tazón de palomitas naturales—porque esas son las que más te gustan—, mientras las abrazas y sienten tu calor, mientras las besas ignorando completamente la película, mientras les das palomitas en la boca, como solías hacerlo conmigo. Miedo a qué coman esa deliciosa comida qué tu abuela—siempre tan gentil con las personas— prepara y le queda tan bien, qué se sienten a tu lado mientras comen con la familia, como solía hacerlo yo. Miedo a que ellas te amen de la misma forma en la que yo lo hago y sobre todo, tengo muchísimo miedo a qué tu les correspondas…
Pero mi mayor miedo, el qué supera olímpicamente a todos mis miedos, es perderte… Miedo a perderte para siempre.