lunes, 27 de octubre de 2014

Día 1 “Extrañando el pasado”

Mi vida es un completo caos y nadie lo sospecha… ¿acaso no lo ven? Estoy destruida, y cada día me destruyo un poco más. Lo peor es que no siempre fue así y tampoco fue hace mucho, pero lo aún peor es que me estoy acostumbrando a vivir en la oscuridad, en soledad…
¿No te gustaría volver al tiempo en que lo tenías todo? En el que por lo que más sufrías era porque tus padres no querían comprarte aquello que tanto anheladas. ¡Todo era tan fácil!
Hace un año, por ejemplo no tenía ni la más mínima idea de lo qué la vida tenía preparado para mí… Todo estaba  “bien” conmigo. Tenía amigos y era bastante popular en el instituto; cumplía con mis trabajos escolares a tiempo,  había terminado con una relación amorosa que no salió bien, pero todo marchaba en orden, ya sabes “terminas una relación, superas, sigues adelante y comienzas con alguien más” así es cómo se supone que debe de ser, así es como debería de ser. Y estaba con alguien más, había pasado página y disfrutaba mi futuro. Luego ese alguien más también se fue y lo supe asimilar, “dejarlo ir”. Entonces llegó él.
¿Quién podría imaginarlo? No buscaba nada en lo absoluto con nadie, estaba bien conmigo misma, ni muy feliz ni muy triste, simplemente “normal”. Y llego él. Damián. ¿Cómo es posible que una persona pueda provocar tanto desastre en tu vida?
Y así cómo llegó, así se fue. Dejándome un gran vacío en el corazón donde se suponía el iba a estar. Y luego, poco a poco todo se vino abajo. Y así es cómo llegas al fondo del abismo.
El pasado nunca va a volver y lo sabemos, pero de una u otra forma siempre nos aferramos a él, a los recuerdos qué tenemos. ¿Por qué somos tan necios? ¿Por qué nos aferramos a algo que bien sabemos no va a volver a ser igual? Tengo la teoría de qué tal vez pensemos qué si nos aferramos lo suficiente y luchamos por ello, pronto las cosas van a volver a ser cómo eran antes, cómo cuando éramos felices y vamos a lograr salir de ese abismo emocional en el que nos encontramos. Esperanza, le dicen.
¿Pero cómo saber cuando dejar de intentarlo? ¡Creo qué nunca lo sabremos! Porque si quieres algo, luchas por eso ¿no? Pero… ¿y si ya no tiene caso seguir luchando? ¿Cómo saberlo? ¿Cómo saber cuando es el momento indicado para retirarte? Porque si te rindes demasiado pronto te vas a quedar con la eterna duda del “¿Qué hubiera pasado si hubiera luchado un poco más?” Pero… ¿y si estamos luchando por algo que ya no tiene esperanza? Sólo estamos perdiendo nuestro tiempo. Sólo nos desgastamos más y más…
Damián solía decir que sólo se fracasa cuando se deja de intentar, pero aceptémoslo, has intentado TANTAS y tantas veces  que al no ver resultado alguno, simplemente te cansas y te vas. Fracasas, le dicen.
Cómo sea, los recuerdos sólo son eso, RECUERDOS. Momentos que no van a volver a repetirse, porque cada momento es único, y sólo nos queda extrañar el pasado. Ese pasado en el que éramos felices, esperando a que las cosas vuelvan a ser iguales, mientras nuestra mente nos dice “acéptalo y sigue adelante” pero nuestro corazón nos susurra “aguanta un poco más”…
Bella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario