jueves, 13 de noviembre de 2014

DÍA 11 “Damián”

Damián.
Damián es… es difícil describirlo. Tiene, cómo todo, sus cosas buenas y sus cosas malas.
Empecemos por el físico.
Tiene una suave y firme piel clara, tostada por el sol. Me encantaba la sensación de mis dedos rozando su tersa piel, era como la seda.
También tiene músculos, unos fuertes brazos que me salvaron una vez hace veinte meses. Mi actividad favorita era poner mi mano en su fuerte pecho. Sentir sus latidos.
Su cabello es lacio y oscuro, es simple, pero amaba el olor de éste, hundir mis dedos en su cabello mientras hacíamos el amor o mientras nos dábamos un simple beso.
Sus ojos… él no tenía unos ojos impresionantes, más bien eran simples y sus pestañas eran lacias y caídas. Pero un día él permitió que las enchinara y jugara con él. Sólo por complacerme. Y mi café favorito era el del iris de sus ojos…
No es muy alto, apenas unos cuantos centímetros más que yo, pero para mí es perfecto.
Su temperatura siempre era cálida, salvo algunos días de invierno que tenía las manos heladas, pero conmigo siempre era cálido. Adoraba quedarme dormida en su pecho, mientras sus fuertes brazos me rodeaban. Para mi era el paraíso.
Y su humor… tenía un excelente humor cuando solía quererme. Solía hacerme chistes o imitábamos películas infantiles.
Y el romanticismo… era mi hombre perfecto, todo lo que pude haber pedido jamás. Cuando nos besábamos desprendíamos algo que hacía que el resto de las personas a nuestro alrededor nos dijera que nos envidiaban, era algo puro. Y no sé que pasó.
Un día él cambio, se volvió apático, serio conmigo. Dejo de ser atento y comenzaba a ignorarme, hasta que todo termino y no temió romperme el corazón. Comenzó a tratarme con la punta del pie, cómo si fuera su peor enemiga. Un estorbo en su vida.
Ahora parece que le molesta cada que le hablo, siempre termina ignorándome o contestándome muy frío. Pero hay una palabra mágica para que tome interés en mí. Sexo. Sólo así podemos tener conversaciones de más de diez minutos. Pero siempre volvemos a lo mismo.
¿Cómo puede cambiar alguien así? Parece ser otra persona completamente diferente a la que conocí, del que me enamoré.
Pero poco a poco lo voy entendiendo. Las personas cambian, el mundo sigue girando y nada se detiene a esperar para que asimilemos el cambio. Y tenemos que continuar, aunque estemos muy destruidos por dentro.
- Bella

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