martes, 4 de noviembre de 2014

DÍA 4 “Herida”

Lo he vuelto a hacer.
Tenía tiempo que no lo hacía.
Aún recuerdo la primera vez que lo hice, tenía doce años y apenas era una mocosa que no sabia absolutamente nada sobre la vida. Simplemente sucedió qué me moleste con mi madre y tome un clip… ¡un clip! Y con la punta de este rasgue mi pierna izquierda, era una gran herida. Quería que todos la vieran, tal vez sólo llamaba la atención. Aún recuerdo cuando mi madre me pregunto sobre esa herida, simplemente respondí qué me la había hecho. Ella pensó que la había pintado y me tiro por loca. Tiempo después mi prima la vio.
Ese día fue muy dramático.

Llore por minutos y el esposo de mi prima quiso saber que pasaba (es un curioso de lo peor), entonces cuando ella me pregunto porque lo hacía, realmente no supe porque. Me dijo que no tenía porque lastimarme, que si algo me molestaba tenía que decirlo. En resumen: me dio una súper terapia de porque era malo auto lesionarse.
No lo volví a hacer por años.
Hasta hace unos meses, cuando me enteré qué él, Damián tenía una nueva novia, a la que aceptaba y que presumía con todo mundo, esa de la que se enamoro, no pude más. Tenía años que no lo había hecho, así qué tomé unas tijeras y corte debajo de mi dedo pulgar izquierdo. Fue tan rápido que no lo sentí. Apenas parecía un rasguño.
Días después volví a hacerlo, repetidas veces, pero esta vez con una navaja. Coincidía con un trabajo manual para la preparatoria, por lo que pude disimularlo con “me corté por accidente”. Después deje de hacerlo.
Hasta ahora.
Fue hace unas semanas que discutí con mi madre, y ella y mi hermano salieron al instante de casa, yo acababa de comer. Y no pude evitar sentirme frustrada, furiosa conmigo misma. Y vomite. Después de eso tome las tijeras y me corte varias veces los brazos.
Y fue entonces que los siguientes días agradecí que hubiera un terrible frío, sólo así podía cubrir mis heridas, hasta que estas cicatrizaron y desaparecieron, convirtiéndose en una mancha casi traslúcida de lo que ese momento significo.
Hace dos días lo volví a hacer.
Pero esta vez fue sencillo, me enoje con mi madre y me levante de la silla y camine hasta donde se encontraba la navaja, la tome y corte mi brazo. Fue un largo corte, podía simular que había sido un accidente en la pista, como cuando una vez me sucedió, total nadie preguntaría.
Lo peor vino ayer. Fui a casa de mi mejor amiga, y llego otra “amiga” si es que se le puede llamar así, estuvo atacándome toda la tarde y el punto culminante llego cuando la cucaracha esta dijo “¿Qué te ha pasado en el brazo? ¿Acaso ya eres emo y te cortas?” La fulmine con la mirada y le dije que me había cortado en la pista, por accidente. Mi mejor amiga simplemente permaneció callada, mientras la otra idiota me ignoraba. ¡¿Y qué?! ¿Qué mierda le importa si me corto o no? ¡Es mi cuerpo y puedo hacer lo que yo quiera con él!
Pero entonces llegue a mi casa y los problemas no cesaron, mi madre comenzó a regañarme por haber llegado tan tarde a casa, me limite a ignorarla e irme a la sala. Cuando todos se durmieron me levante y volví a tomar la navaja. Esta vez fueron dos cortes profundos en las venas de la muñeca izquierda.
Comencé a sangrar como si no hubiera un mañana, entonces me detuve a contemplar mi sangre brotar de mis venas, hasta que comencé a alarmarme porque la sangre no paraba. Fue entonces que decidí terminar el espectáculo, tome alcohol y envolví mi muñeca con una venda. Me fui a dormir.
Desperté con un terrible dolor en la muñeca, no podía moverla sin que me doliera…
-Bella

No hay comentarios:

Publicar un comentario