Sí, ya sé, me quedé a medio
escribir y pasé una semana sin hacerlo, pero bueno, es qué no tenía realmente
nada bueno qué contar.
Estuve ayudando a Aimeé a
terminar su cartel de aniversario para su novio, eso fue el martes y ese mismo
martes Daniel me hablo, fue muy extraño. O sea sí, él tiene novia y ya lo
acepto, es un avance, pero por un momento estuvo a punto de quedar conmigo. Y no
paso y mejor así. Ese día yo estaba muy enojada con Damián, pero bueno…
Creo qué el miércoles le mande un
mensaje a Rodrigo, y no me lo había respondido y sinceramente ya no me importa.
Luego el viernes en la noche Esteban me mandó un mensaje que decía “Hola
desaparecida”.
Oh wow! Lovely!
Me dijo desaparecida, seguramente
piensa qué es algo gracioso. Pues no, la verdad no.
Qué algún comentario o charla con
él me agradé tendría que requerir un gran esfuerzo de mi parte y la verdad qué
flojera.
Así qué no, diario; no le
respondí. Siquiera abrí el mensaje. Y él sábado me lo encontré en la calle y me
miro y lo ignoré. O sea el tipo ya tiene novia ¿no? Qué me tiene qué seguir fastidiando a mí.
También el viernes por la noche
le mande una captura de pantalla a Damián sobre su horóscopo. Decía algo cómo
qué dejará de rogarle a quien no le interesa y se quedará con quien hace todo
por tenerle en su vida. Ojala lo haya captado…
Y ayer… ayer… Lo mejor.
Me hubiera gustado escribir esto
ayer pero estaba súper cansada para hacerlo…
Ayer fui al colegio cómo cada
Lunes y de ahí me regresé y pase a casa de Aimeé, fuimos al laboratorio porque
la cosa es qué desde el 24 de julio que
no me viene el periodo. Y bueno, ella estaba igual. Así que fuimos y nos
sacaron sangre, luego fuimos a mi casa y desayunamos para volver al
laboratorio, dónde por suerte los resultados salieron negativos.
Después regresé a mi casa tomé una ducha, también me enteré de qué una
amiga de la secundaria no aparece…
En fin, me arreglé y salía dónde
mi mamá estaba esperando a por mí. Ella quería ir a Galerías pero yo me empeñe
en ir al centro comercial al otro lado de la ciudad, ese dónde trabaja Damián. Y fuimos…
Soy la mujer más persuasiva.
Llegamos al centro comercial y
convencí a mamá de qué el baño estaba abajo, entonces vi qué ella se iba por
otro lado, así qué la lleve a una tienda qué estaba a un lado de dónde trabaja Damián
y la entretuve ahí… Al salir lo vi.
Estaba con un aspecto muy
aburrido jugando con los jarabes. Se veía muy gracioso con su uniforme, pero
muy guapo…
Acompañe a mi mamá al baño y ahí
la convencí de darme dinero para ir a comprar a la tienda dónde él trabaja.
Cuándo estaba a punto de llegar él estaba aburrido y se pasó a dónde estaba la
cajera y ella le mostraba algo, entonces llegué yo y le saludé… apenas un “hola”
y me alegro que saliera normal, porque por dentro estaba muerta de nervios.
Me pregunto que qué hacía y le
dije qué había ido a cobrar lo qué me había prometido.
¡Qué te puedo decir! ¡Él era el
más nervioso y yo no me quedaba atrás! Pague y note a la cajerita seria.
Luego estuvimos hablando cómo por
cinco minutos y note la presencia de un compañero suyo. No importa.
Debiste de… (Bueno, no porqué
sólo eres un libro), pero su sonrisa… esa sonrisa era inigualable… Y yo me mate en esa curva, esa curva tan
hermosa formada por la comisura de sus labios.
¡Tenía unas ganas enormes de
besarlo! De abrazarlo… de todo y entonces entendí, qué lo amo cómo nunca he
amado o amaré a alguien. No me importa a qué se dedique,, o el qué tenga o no
dinero, no me importa nada más qué él.
¡Oh diario!
Él me lo da todo con sólo
respirar y le amo… le amo demasiado.
Y en la noche me dijo “Me hiciste
el día” y yo le he dicho qué le ha quedado delicioso el helado, y él ha dicho
qué lo ha hecho con cariño.
Ya sé, cariño, no amor. ¿Pero ya
es algo, no? Es un avance…
Sólo sé qué estoy total e
irremediablemente enamorada de él…
XOXO – Bella ❤
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