viernes, 13 de marzo de 2015

A Damián: El culpable de mis desgracias.

Siempre he considerado muy estúpido culpar a alguien por las cosas que te suceden. Tu tomas la decisión de hacer algo y al hacerlo defines tu futuro, lo que va a suceder. A veces sabes cuales van a ser las consecuencias, a veces no. 
Pero hay algo de lo qué estoy bastante convencida. 
Tu tienes bastante culpa en todas las desgracias que he vivido. 
Pudimos haber evitado gran parte de ellas si hubieras sido sincero ¿no lo crees? 
Pero no lo fuiste, nunca lo eres y ese es tu problema. Creerte es el mío. 
Recordemos nuestra relación. O no. 
Si hubieras sido sincero con tus sentimientos yo nunca me hubiera enamorado de ti, te hubiera tomado cómo lo que siempre fue: un pasatiempo, simple diversión.
Pero NO, tenías que mentirme, ilusionarme, enamorarme y después botarme. 
La consecuencia: Lograste que me enamorara de ti cómo nunca lo he podido hacer de alguien más. 
Continuemos. 
La primavera pasada. 
Pudiste haberme dicho que habías encontrado a alguien más, alguien con quien si querías pasar tus días.
Pero NO. Te limitaste a bloquearme de todas tus redes sociales.
La consecuencia: Entre en un estado en el que no sabía que era lo que había hecho mal, la razón por la que me odiabas, y por consiguiente entre en depresión. Intente suicidarme también. 
Verano. 
Me diste la mejor noche de mi vida, igual que en primavera y ¿qué ha venido después? Una serie de altibajos, nos peleamos y volvemos a hablarnos, me tratas como basura, pero después me dices cosas lindas. 
Y SIGUES SIN SER SINCERO. 
He estado TAN confundida... 
Pero por favor, terminemos con lo más reciente: 
Hace una semana: 
Me habías dicho que irías a cierto lugar al que ambos estábamos invitados, lo aseguraste y yo te creí. Y a pesar de que te había dicho que no iría, termine yendo. POR TI. 
MENTISTE. NO ESTABAS.
La consecuencia: Me violaron. 
Me violaron, y cuando lo supiste actuaste cómo si no te importara. Pero claro, un par de días después estabas diciéndome que me extrañabas (cosa que no habías dicho en más de un año), que te había llegado el sentimiento y que querías estar conmigo. Pero a una semana de decir eso, sigues tratándome cómo basura... 

¡GRACIAS! 

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